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El futuro del trabajo

Pasamos en nuestros trabajos al menos 8 horas al día, 5 días a la semana por durante al menos 42 años[1]; son entonces unas impresionantes 16.800 horas dedicadas a una labor que “implica la capacidad humana para transformar los recursos en medios para sí, adquiriendo suficiente distancia espacial, temporal e instrumental de su entorno que le permite desarrollar un conocimiento sobre sus propias potencialidades y necesidades; un saber de sí mismo en cuanto sujeto productivo capaz de aprovechar el medio y transformarlo en vistas a su propia reproducción como especie humana”[2].

No voy a negar que hay días, en los que uno no siente que transforma nada y que más allá de participar en esta reproducción uno termina simplemente existiendo. El reto entonces está en lograr que estos días sean numéricamente menores a aquellos en los que sí se da la transformación de la cual hablaba Marx muchos años atrás.

No pretendo guiar este texto hacia una discusión sociológica[3] sobre las fallas del sistema que determinan que al menos más de 192 millones de personas en el mundo no tengan un trabajo fijo o que 1.4 billones de personas tengan un trabajo vulnerable. En cambio quiero concentrarme en un tema que va tomando más peso y es que es indispensable reconocer que el mundo está cambiando y que como resultado el trabajo está cambiando y que lo que hagan nuestros gobiernos dependerá que en un futuro muy muy cercano podamos seguir manteniendo nuestros puestos de trabajo o nos volvamos obsoletos.

El trabajo

Soy una aficionada al cine, me encanta perderme durante un par de horas en la historia de alguien más, me gusta creer en las historias que me presentan y aunque quiero sostener que soy exigente con lo que veo he visto una buena dosis de pésimas películas y de enlatados que sabía que desde el principio iban a ser muy malos.

I love Lucy – job switching 1952
I love Lucy – job switching 1952

En lo que se refiere a la representación del trabajo en la cultura popular vale empezar con Charles Chaplin quien a principios de siglo daba vida al obrero condenado a la repetición mecánica de movimientos básicos que al final terminaban por devorarlo (para quienes no hayan visto el clip al que hago referencia se los dejo aquí) la producción en línea ganaba fuerza y el factor humano se convertía en algo que había que regular; años más tarde Lucy se enfrentaba a la misma línea de producción haciendo chocolates esta vez, en una época en la que las mujeres se empezaban a vincular al mercado laboral.

En los años que siguieron a estas producciones, la forma de trabajar cambió en su representación; durante los boyantes 90 con la presión por generar ingresos, Wall Street recreaba la mentalidad de “todo vale” de los corredores de bolsa y Working Girl mostraba a una mujer dispuesta a cualquier cosa por escalar en un mundo tradicionalmente dominado por hombres.

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American Psycho

El culto por el dinero, por la imagen, por los resultados, por el éxito estaba en su punto más alto en el 2000; recomendadísima American Pyscho que retrata a un corredor de bolsa que pierde la cabeza, comete un par de asesinatos la mar de violentos y muestra de cuerpo entero una sociedad preocupada por el éxito y el dinero y lo vacío que puede llegar a ser.

La oficina

Con la crisis económica mundial de los 2000 aparecen las películas y series que muestran lo trivial que puede ser una existencia en la oficina. The office[4] centra su día a día en lo que pasa en una oficina y nada más, Up in the air mostraba al final de la primera década del segundo milenio lo trivial que puede ser el cambiar completamente la vida de una persona al despedirlo y cómo todo – incluido el despido – puede ser siempre hecho de una manera más eficaz.

Wall-E 2008
Wall-E 2008

Wall-E vuelve la escena hacia la línea de ensamblaje que ya mostraba Chaplin pero en esta  ocasión es un robot que fue creado para una sola tarea y que encuentra la forma de resarcirse y transformar su existencia. 

Actualmente, estar atado a una oficina resulta cada vez menos necesario, la mayoría de trabajo no manual puede realizarse de manera remota, lo que permite al menos de manera teórica, nuevas alternativas para el disfrute del tiempo y para otro decidir hacer otra cosa, alternativas como el teletrabajo permite combinar el tiempo en casa con el tiempo laboral facilitando la vida a ambas partes. La tecnología permite llevar a cabo conversaciones en tiempo real con distintas partes del mundo, conducir negocios, determinar destinos e incluso vivir vidas alternativas (recomendado Black Mirror)

El trabajo

En una de mis películas favoritas el personaje reflexionaba sobre el tiempo que la tecnología nos permite ahorrar en la reproducción de medios para sí de la que hablaba Marx y cómo este no se transforma en tiempo para el goce. La posibilidad de estar fuera de la oficina significa también desdibujar la frontera entre vida privada y la vida laboral; durante alguna época de mi vida laboral se esperaba que conteste los mensajes/correos/tuits/posts a cualquier hora del día, lo que en efecto significaba que nunca dejaba de trabajar.

El mundo está cambiando (lo cual no es malo, el quedarse estático conduce al fracaso y a la desaparición) y como tal deberemos adaptarnos a las nuevas tecnologías que tendrán un impacto en nuestra calidad de vida y en la forma en la que nos desarrollamos. La ventaja la tendrán quienes pueden entender que el trabajo es un medio para transformar la vida y no la vida misma.

CITAS


[1] La expectativa de vida del ecuatoriano, de acuerdo con datos del Banco Mundial es de 76.33 años. Uno se pasa trabajando casi la mitad de ellos.

[2] Manifiesto Comunista – Carlos Marx

[3] Espero no haber perdido a la audiencia en este punto.

[4] Mucho mejor la versión inglesa que la norteamericana.

Alejandra Gando